Horizon2020 (H2020), el nuevo Programa Marco de la CE, está a la vuelta de esquina. H2020 se convertirá en el instrumento fundamental para la financiación de proyectos europeos de investigación competitivos para los próximos 7 años, comenzando en el 2014. Aun se están ultimando detalles pero parece claro que el término Digital Science cobra importancia en el nuevo programa. En esencia, lo que persigue la Comisión es que se fomente la investigación colaborativa a través de la puesta en marcha de infraestructuras de investigación que permitan compartir herramientas, métodos, datos, resultados, y cualquier recurso científico que se genere de una proyecto de investigación. Pare ello, se requieren clara políticas de acceso abierto a los datos generados y las publicaciones, un aspecto clave para la Comisión. No solo recursos sino que también, por supuesto, para que los investigadores y científicos de diferentes instituciones colaboren, dialoguen y trabajen juntos de la forma mas efectiva y eficiente posible.
Cualquier iniciativa para llevar a cabo investigación colaborativo es loable, necesaria y bien recibida. Pero hasta ahora estamos hablando de la colaboración científico-científico. Lo que me llama la atención del vocablo Digital Science es que pone especial énfasis en al relación sociedad-científico o ciudadano-científico en ambos sentidos. Por un lado, se pretende que los ciudadanos se involucren de forma directa en el método científico, es decir, que literalmente participen de forma activo en las diferentes fases de un proyecto científicos. Por ejemplo en la recogida de datos, la identificación de datos, en la propuesta de métodos de análisis , o la discusión de resultados. Evidentemente, dependiendo de cada tipo de proyecto, algunas tareas son más propensas que otras para que el ciudadano se involucre en el proyecto científico. Se trata pues de llevar al extremo la idea de Ciencia Ciudadana.
Por otra parte, lo novedoso (aunque el párrafo anterior también lo es, claro) es la comunicación en el sentido inverso, del científico al ciudadano o sociedad. Por fin, se identifica explícitamente y se valora la necesidad de diseminar los resultados del proyecto a la sociedad, en hacer hincapié en actividades de divulgación científica y comunicación de la ciencia al público.
Y aquí es donde aparecen los blogs divulgativos.
Leí recientemente una entrada que, acertadamente, proponía el uso de los blogs como herramientas de divulgación perfectamente alineadas a los tiempos de un proyecto de investigación. Una descripción de un proyecto contiene una división de tareas temporal, y cada tarea viene con una descripción, los resultados esperados, y los informes de fin de tarea correspondientes. La idea que se exponía era simplemente "usar la descripción de los proyectos de investigación como marco para el desarrollo de las entradas del blog". Así, a medida que se avanza en la ejecución del proyecto, también se divulgan las entradas del blog con las descripciones y resultados de las tareas del proyecto. Parece un mecanismo sencillo, eficaz y que costaría muy poco introducirlo en las propuestas de proyectos de investigación, como parte de la estrategia de divulgación científica de los nuevos proyectos H2020.
sábado, 24 de agosto de 2013
viernes, 23 de agosto de 2013
300 palabras al día
No conozco a ningún trompetista profesional, pero estoy seguro que si lo eres, tocas la trompeta casi todos los días un par de horas. Si dejas pasar una semana sin tocar, es como si te se atrofiaran los dedos y te falta un "algo" que no te deja vivir. Tampoco conozco a ningún nadador olímpico (solo de vista, de la TV), pero también pondría la mano en el fuego que se pasan bastantes horas al día a remojo, piscina arriba y piscina abajo. Estos dos ejemplos, y otros miles que os podría contar aquí (pero creo que vais a pillar enseguida el punto), nos viene a dice que si quieres ser un experto en algo o perfeccionar alguna faceta que sientes que no la poseas, simplemente hay que practicarla todos los días. No hay más: Práctica, práctica, práctica!.
El investigador no es distinto a un trompetista o nadador. Una de las tareas primordiales de un investigador es escribir. Escribir un proyecto, escribir un articulo científico, escribir una capítulo de libro, un libro, la revisión de un artículo, y también, claro está, escribir un entrada de blog de divulgación científica. Escribir todos los días me parece la mejor formar de alcanzar el "Olimpo de los Escritores".
Una vez asimilado que hay que escribir diariamente (salvo rotura de radio en ambos brazos), la siguiente pregunta os la podéis imaginar: ¿Cuanto escribo? ¿1000, 500, 300, 100 o 50 palabras? Dependen de ti y de lo cómodo que te sientas escribiendo. Si eres de por sí de tecla fácil, ponte un limite mínimo de palabras alto. Aunque lo más conveniente es empezar de forma conservadora, digamos unas 300 palabras, e ir incrementando a medida que tus dedos y mente se conecten vertiginosamente. No menosprecies las 300 palabras diarias, ya que son únicamente 2 o 3 párrafos, porque al cabo de una semana se convierten en 1500 palabras, y al mes son 6000 palabras, y ya tienes un artículo para un revista científica.
La próxima vez que alguien te diga: "Ya que a ti te se da mejor eso de escribir, podrías...", ya sabes lo que viene como respuesta.
El investigador no es distinto a un trompetista o nadador. Una de las tareas primordiales de un investigador es escribir. Escribir un proyecto, escribir un articulo científico, escribir una capítulo de libro, un libro, la revisión de un artículo, y también, claro está, escribir un entrada de blog de divulgación científica. Escribir todos los días me parece la mejor formar de alcanzar el "Olimpo de los Escritores".
Una vez asimilado que hay que escribir diariamente (salvo rotura de radio en ambos brazos), la siguiente pregunta os la podéis imaginar: ¿Cuanto escribo? ¿1000, 500, 300, 100 o 50 palabras? Dependen de ti y de lo cómodo que te sientas escribiendo. Si eres de por sí de tecla fácil, ponte un limite mínimo de palabras alto. Aunque lo más conveniente es empezar de forma conservadora, digamos unas 300 palabras, e ir incrementando a medida que tus dedos y mente se conecten vertiginosamente. No menosprecies las 300 palabras diarias, ya que son únicamente 2 o 3 párrafos, porque al cabo de una semana se convierten en 1500 palabras, y al mes son 6000 palabras, y ya tienes un artículo para un revista científica.
La próxima vez que alguien te diga: "Ya que a ti te se da mejor eso de escribir, podrías...", ya sabes lo que viene como respuesta.
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