Hace unos meses os contábamos nuestra primera experiencia como micro-mecenas. Nuestra aportación fue bastante modesta pero go-drone voló, y bien alto. Nos entusiasma que un grupo de chavales tengan la valentía de emprender este tipo de actividades tecno-científicas. Con una buen tutor que les trace el camino, pueden conseguir muchas cosas que ni se imaginaban que pudieran conseguir.
Para empezar, me los imagino el día que obtuvieron la respuesta de Goteo de que su proyecto había alcanzado el mínimo económico para recibir la subvención. Me los imagino hablando entre ellos, buscando en Internet, hablando con cualquier persona de su entorno que supiera sobre el asunto de construir drones. Me los imagino en horas bajas también.
Me los imagino realmente motivados. Y creo que la motivación es la esencia para conseguir cualquier reto. Sobre todo la motivación cuando viene de dentro de uno mismo, cuando uno realmente desea y quiere hacer algo por todos los medios. Algo bastante distinto a la motivación externa: cuando se hacen cosas sin motivación personal, sino impuestas por alguien o algo.
Me los imagino escribiendo la memoria. Por cierto, un documento de gran valor especialmente para alguien interesado en el montaje paso a paso de un drone. Eso es pura ciencia reproducible. Me los imagino consultando fuentes y bibliografía. Me los imagino escribiendo el día a día de go-drone en las redes sociales y en la bitácora del proyecto. Me los imagino adquiriendo pensamiento científico, haciéndose preguntas sin parar, el valor de trabajo en grupo y también la disciplina necesaria para cumplir plazos.
Me imagino también la cara de sus padres y de su tutor.
Me los imagino volando junto a su drone. Me los imagino ahora mismo pensando ya en el siguiente reto. Que así sea chavales. Seguid motivados durante toda vuestra vida!
Un saludo.
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